Hay una nueva droga que está superando a todas las demás en uso, adicción, crímenes y dureza. Pero no termina en “-ina” o “-ana” como cocaína, heroína o marihuana. Esta droga ha acabado con familias enteras, ha degradado a miles de hombres y mujeres. Esta droga ha creado adictos hasta tal punto que les ha robado de la vida. Estoy hablando de un tema, además, que la iglesia no puede o no quiere enfrentar. Esta droga tiene un nombre y es “pornografía”.
Pero primero te voy a dar unas estadísticas para que te hagas a la idea de como está el patio:
- El 90% de los adolescentes y el 96% de los adultos animan, aceptan o son neutrales frente a la pornografía con sus amigos
- Solo el 55% de los adultos de 25 años hacia arriba cree que el porno tenga algo malo
- Los adolescentes y jóvenes hoy en día creen que no reciclar es peor que visualizar pornografía
- Las páginas de porno reciben al mes más visitas que Netflix, Amazon y Twitter…. Los tres juntos.
¿A qué edad se empieza?
- El 51% de los chicos ha visto porno entre los 9 y los 12 años por primera vez. En chicas es el 32%.
- El 64% de jóvenes entre 13 y 24 busca porno activamente en internet cada semana
¿Consecuencias?
- En Canadá un estudio entre jóvenes descubrió que el 45% tenía disfunción eréctil
- El 68% de los divorcios los causa que uno o una del matrimonio encuentra a otra pareja en internet
- El 70% de las esposas de adictos al porno sufren después un trastorno postraumático similar al de los soldados que vuelven de una guerra.
- 000 personas han hecho tráfico de pornografía de menores solo en los Estados Unidos, solo en 2017
Pero claro, esto son estadísticas del mundo. ¿Cómo está la iglesia?
- El 20% de los líderes de jóvenes y el 16% de los pastores y apóstoles usa porno a diario
- 43% de los líderes evangélicos ha luchado con esta adicción en algún momento de su vida
- 64% de hombres y 15% de mujeres en las iglesias ha visto porno en el último mes
- Solo el 7% de las iglesias ofrece ayuda a los que luchan con esto
PORNOGRAFÍA
Bueno, voy a empezar primero con la pornografía y luego iremos a la masturbación, aunque como dije, están íntimamente relacionados. Y voy a ser claro, mucho de esto lo aprendí cuando yo mismo estaba enganchado y tuve que buscar ayuda profesional para salir. No voy a hablarte de algo raro ni voy a dármelas de santo. Yo era cristiano y yo consumía pornografía. Era mi válvula de escape a toda la presión. Y como yo era, así hay muchos hombres y mujeres de Dios, luchando contra la nueva droga del siglo XXI.
Una de las cosas más confusas en la conversación de hoy sobre el porno es el llamado argumento de la «salud”. Muchas personas afirman que es una expresión positiva y natural de la sexualidad e incluso ayuda a fomentar actitudes y percepciones saludables en torno al sexo.
No es raro que muchos consumidores habituales digan que no hay «nada malo» en la pornografía y que posiblemente incluso den a entender que, si alguien no quiere ver porno, es un ser humano «reprimido» o «mojigato» que necesita tener una mente más abierta.
Esta línea de razonamiento se puede encontrar ahora en muchas revistas populares, sitios web e incluso programas de televisión. El porno se sugiere a menudo como un constructor de la relación con su pareja, una herramienta para condimentar su vida sexual, y una expresión normal y saludable en general para su estado físico y mental.
Por muy atractivos que sean todos estos sonidos, nada podría estar más lejos de los hechos.
Decir que cualquier tipo de pornografía es 100% saludable para los consumidores es lo opuesto a lo que dice la ciencia y la investigación. Y no sólo es insalubre, sino también dañina.
El centro de recompensas
En lo profundo del cerebro, hay algo llamado «centro de recompensa». Tu tienes uno. Tu perro tiene uno. Para los mamíferos, viene de serie. El trabajo del centro de recompensas es liberar químicos del «placer» en tu cerebro cada vez que haces algo saludable, como comer alimentos sabrosos, hacer un ejercicio duro o disfrutar de un beso. El «subidón» que obtienes de esa fiebre química te hace querer repetir ese comportamiento una y otra vez. Gracias a su centro de recompensas, su cerebro está programado para motivarlo a hacer cosas que mejorarán su salud y sus posibilidades de supervivencia. Es un gran sistema…. en condiciones normales.
El problema es que el cerebro puede ser engañado.
Los investigadores han encontrado que la pornografía en Internet y las sustancias adictivas como el tabaco tienen efectos muy similares en el cerebro, y son significativamente diferentes de cómo el cerebro reacciona a los placeres saludables y naturales como la comida o el sexo. Piénsalo. Cuando estás comiendo un bocadillo o disfrutando de un encuentro romántico, eventualmente tus antojos disminuirán y te sentirás satisfecho. ¿Por qué? Porque tu cerebro tiene un interruptor de «apagado» incorporado para los placeres naturales.
«Las células de dopamina dejan de dispararse después de consumir repetidamente una ‘recompensa natural’ (por ejemplo, comida o sexo)» – explica Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas. – “Pero las drogas adictivas aumentan los niveles de dopamina sin darle un respiro al cerebro. Cuantos más golpes reciben los consumidores de drogas, más dopamina inunda su cerebro y más fuertes son sus impulsos de seguir consumiendo. Es por eso por lo que a los drogadictos les resulta tan difícil detenerse una vez que reciben el primer golpe. Un golpe puede convertirse en muchos golpes, o incluso en un fin de semana perdido”
¿Qué otra cosa tiene el poder de seguir bombeando dopamina sin parar al cerebro? Lo adivinaste: porno.
Una experiencia de “vinculación”
Las investigaciones muestran que el consumo de pornografía está relacionado con una menor estabilidad en las relaciones, un mayor riesgo de infidelidad y una mayor probabilidad de divorcio.
Aunque esto se aplica a hombres y mujeres, los estudios han encontrado que los hombres que están expuestos a la pornografía encuentran a su pareja menos atractiva sexualmente y se clasifican a sí mismos como menos enamorados de su pareja. Un estudio reciente dio seguimiento a las parejas durante un período de seis años, de 2006 a 2012, para ver qué factores influyeron en la calidad de su matrimonio y en su satisfacción con su vida sexual. Los investigadores encontraron que, de todos los factores considerados, el uso de la pornografía era el segundo indicador más fuerte de que un matrimonio sufriría.
No sólo eso, sino que los matrimonios más perjudicados fueron los de personas que veían mucho la pornografía, una vez al día o más.
La percepción es la realidad
La investigación también ha encontrado que ver pornografía afecta las actitudes y creencias hacia el sexo, las mujeres y las relaciones. Los consumidores de pornografía tienen más probabilidades de expresar actitudes que apoyan la violencia contra las mujeres, y los estudios han demostrado una fuerte correlación entre el consumo de pornografía de los hombres y su probabilidad de victimizar a las mujeres.
De hecho, un estudio de investigación revisado por pares de 2015 que analizó 22 estudios diferentes de 7 países diferentes concluyó que «no cabe duda de que, en promedio, las personas que consumen pornografía con mayor frecuencia tienen más probabilidades de mantener actitudes de agresión sexual y de participar en actos reales de agresión sexual
Porno a un precio
El porno no sólo es perjudicial para los que lo ven, sino también para los que participan en él. Dado que, en una encuesta realizada por UCLA, el 69% de los actores pornográficos dicen que no han usado un condón en el set en los últimos 30 días.
Aunque en los vídeos pornográficos nunca se muestra a nadie contrayendo infecciones de transmisión sexual, está claro que las infecciones son un problema habitual en la industria, ya que han tenido que cerrar temporalmente la industria más de una vez en los últimos dos años debido a las pruebas positivas de VIH de los artistas. El producto terminado que se ve en los sitios principales nunca muestra los embarazos no planeados, el cáncer cervical, los parásitos intestinales y los desgarros o moretones en la piel que pueden ocurrir durante la filmación… aunque todos sabemos que está sucediendo de manera regular en la industria.
Sólo porque los videos pornográficos no muestren estas realidades poco sexys, no significa que no estén ocurriendo. Esta es la realidad de la industria. Estas son personas reales que están pagando un precio muy real por este producto tóxico.
Entonces, ¿el porno es saludable?
Ni para el consumidor, ni para su pareja, ni para el intérprete. Y estamos aquí para crear conciencia sobre los hechos que hay detrás de lo dañino que es, y por qué vale la pena luchar por el amor verdadero y las relaciones auténticas. Considere antes de consumir.
BIBLIA Y PORNOGRAFÍA
Tal vez más que cualquier otra cosa, Satanás ha logrado tergiversar y pervertir el sexo. Él ha tomado lo que es bueno y correcto (sexo amoroso entre marido y mujer) y lo ha reemplazado con lujuria, pornografía, adulterio, violación y homosexualidad. La pornografía puede ser el primer paso en una pendiente muy resbaladiza de creciente maldad e inmoralidad
Romanos 6:19: “En el pasado, se dejaron esclavizar por la impureza y el desenfreno, lo cual los hundió aún más en el pecado. Ahora deben entregarse como esclavos a la vida recta para llegar a ser santos.”
La naturaleza adictiva de la pornografía está bien documentada. Así como un usuario de drogas debe consumir mayores cantidades de drogas o drogas más poderosas para lograr el mismo nivel «alto», la pornografía arrastra a una persona cada vez más profundamente en adicciones sexuales y deseos impíos.
Las tres categorías principales de pecado son los deseos de la carne, los deseos de los ojos y el orgullo
1 Juan 2:16 “Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo”.
La pornografía definitivamente nos hace codiciar la carne, y es innegablemente un deseo de los ojos. La pornografía definitivamente no califica como una de las cosas en las que debemos pensar, según
Filipenses 4:8
Concéntraos en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Pensad en cosas excelentes y dignas de alabanza”
La pornografía es adictiva
1 Corintios 6:12 “Vosotros decís: «Se me permite hacer cualquier cosa», pero no todo os conviene. Y aunque «se me permite hacer cualquier cosa», no debo volverme esclavo de nada.“
2 Pedro 2:19 “Prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos del pecado y de la corrupción porque uno es esclavo de aquello que lo controla.”
Y destructiva
Proverbios 6:25-28;
No codicies su belleza; no dejes que sus miradas coquetas te seduzcan. Pues una prostituta te llevará a la pobreza, pero dormir con la mujer de otro hombre te costará la vida. ¿Acaso puede un hombre echarse fuego sobre las piernas sin quemarse la ropa? ¿Podrá caminar sobre carbones encendidos sin ampollarse los pies?
Ezequiel 20:30
Por lo tanto, dale este mensaje al pueblo de Israel de parte del Señor Soberano: “¿Piensas contaminarte como lo hicieron tus antepasados? ¿Seguirás prostituyéndote al adorar imágenes repugnantes?
Efesios 4:19
Han perdido la vergüenza. Viven para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza.
Ansiar a otras personas en nuestra mente, que es la esencia de la pornografía, es ofensivo para Dios (Mateo 5:28). Cuando la devoción habitual a la pornografía caracteriza la vida de una persona y él/ella continúa en pecado sin buscar ayuda, sin hacer ningún intento de detenerse o sin sentir ningún deseo de cambiar su comportamiento, esto demuestra que la persona no puede o no quiere ser salvada
1 Corintios 6:9-10
¿No os dais cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No os engañéis a vosotros mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidao son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de esos heredará el reino de Dios.
¿Cómo escapar y salir del porno?
Confieso que cuando empecé a querer dejar el porno me estaba jugando el partido más importante de mi vida. No solo por la vida de pareja sino porque esto lo iba a arrastrar conmigo a todas partes, viviera donde viviese y estuviera con quien estuviese. Este pecado lo tenía más que pegado, formaba parte de quien yo era. Y eso no fue nada fácil.
Hay dos aspectos principales en la batalla para superar una adicción a la pornografía en Internet: espiritual y práctico. Espiritualmente, la adicción a la pornografía es un pecado que Dios desea que superes y por lo tanto te permitirá hacerlo. El primer paso es asegurarte de que has puesto su confianza genuinamente en Jesucristo como tu Salvador. Sin esto, va a ser realmente difícil para ti dejarlo. Es difícil incluso con Dios ayudándote, o sea que prepárate. Si no sabes como conocer a Dios, llama a la radio y te diremos gustosamente como hacerlo.
Sin la salvación a través de Jesucristo, no hay posibilidad de una victoria verdadera y duradera sobre la pornografía
Juan 15:5 “porque, separados de mí, no podéis hacer nada”
Si eres un creyente en Cristo y estás luchando con una adicción a la pornografía en Internet, ¡hay esperanza y ayuda para ti!
El poder del Espíritu Santo está disponible para usted (Efesios 3:16).
La limpieza del perdón de Dios está disponible para usted (1 Juan 1:9).
La capacidad renovadora de la Palabra de Dios está a su disposición (Romanos 12:1-2).
Entrega tu mente y tus ojos al Señor (1 Juan 2:16).
Pídele a Dios que te fortalezca y te ayude a superar la pornografía (Filipenses 4:13).
Pídele a Dios que te proteja de más exposición a la pornografía (1 Corintios 10:13), y que llene tu mente con cosas que le agraden (Filipenses 4:8).
Todas estas son peticiones que Dios honrará y responderá. Y mientras tanto, la vertiente natural debe acompañarte:
Existen numerosas herramientas para combatir la adicción a la pornografía en Internet. Hay buenos programas disponibles en www.x3pure.com y www.PornAddiction.com. Hay varios programas de filtrado de Internet de calidad que bloquearán completamente su computadora para que no acceda a la pornografía, como Covenant Eyes. Otra herramienta fantástica está disponible en www.X3Watch.com X3watch es un software para la rendición de cuentas. Realiza un seguimiento de su navegación por Internet y envía un informe de cualquier sitio web censurable que haya visitado a un socio de responsabilidad de su elección. Tu tentación de ver pornografía en Internet se reduciría enormemente si supieras que tu pastor de jóvenes, padre, amigo, pastor o cónyuge recibiría un informe detallado al respecto. También hay unos buenos libros sobre cómo superar la adicción a la pornografía. Te comento los que me han ayudado a mí:
1) La batalla de cada hombre: Ganando la victoria en la guerra de la pureza sexual paso a paso por Stephen Arterburn
2) El plan de juego por Joe Dallas.
Y luego por la experiencia y los consejos de la persona que me ayudó
1) El porno no es fumar, no se puede ir de mas a menos. Hay que cortar el grifo totalmente. El porno deforma tu cerebro y tarda años en repararse, unos diez. O sea, prepárate para un largo viaje, aunque notarás la mejoría en 2-3 meses si te pasa como a mí
2) No desesperes. Una recaída no es el fin pero sí es un nuevo comienzo.
3) No es un «pecado imperdonable». Dios puede perdonarte y te perdonará. Una adicción al porno en internet no es un «pecado inconquistable». Dios puede capacitarte y te capacitará para superarlo.
4) Dale la contraseña de tu móvil y ordenador a tu pareja.
5) Háblalo con hermanos de confianza
Lo peor para mí de la pornografía es que no sabía ni con quien hablarlo sin que me mirasen mal. Pero que bien cuando encontré a alguien que no solo me escuchaba, sino que no me juzgaba, oraba por mí y me animaba a volver a empezar.
A mí el porno me costó todo lo que tenía en aquel entonces, me tocó comenzar desde cero. No deseo que pases por lo mismo, busca ayuda combinando lo espiritual y lo práctica, y en unos meses puedes estar limpio de impulsos y en unos años limpio de recuerdos y tentaciones.
MASTURBACIÓN
Como dije antes, el porno va muchas veces de la mano de la masturbación. Uno no mira porno para entretener los ojos sino para provocar una excitación total, un orgasmo. Y aquí el tema se complica bastante, bastante.
La Biblia no menciona la masturbación ni establece si la masturbación es un pecado o no. El pasaje más frecuentemente asociado con la masturbación es la historia de Onán en Génesis 38:9-10. Algunos interpretan que este pasaje dice que «derramar tu semilla» es un pecado. Sin embargo, eso no es lo que dice el pasaje. Dios condenó a Onán no por «derramar su semilla» sino porque Onán era rebelde. Onán se negó a cumplir con su deber de proveer un heredero para su hermano fallecido. El pasaje no se trata de masturbarse, sino de cumplir con una obligación familiar.
Un segundo pasaje que a veces se usa como evidencia de que la masturbación es un pecado es Mateo 5:27-30. Jesús habla en contra de tener pensamientos lujuriosos y luego dice: «Si tu mano derecha te hace pecar, córtala y tírala». Aunque existe una clara conexión entre los pensamientos lujuriosos y la masturbación, es poco probable que Jesús aludiera al pecado específico de la masturbación en este pasaje.
La Biblia en ninguna parte dice explícitamente que la masturbación es un pecado, pero no hay duda de que las acciones que normalmente conducen a la masturbación son pecaminosas. La masturbación es casi siempre el resultado de pensamientos lujuriosos, estimulación sexual inapropiada y/o pornografía. Son estos problemas los que hay que abordar. Si los pecados de la lujuria, los pensamientos inmorales y la pornografía son abandonados y superados, la masturbación se convertirá en un problema y una tentación mucho menor. Muchas personas luchan con la culpa en relación con la masturbación, cuando, en realidad, estarían mucho mejor arrepintiéndose de los pecados que les llevan a masturbarse.
Dicho esto, ¿es la masturbación en sí misma un pecado? Aunque la Biblia no responde directamente a esta pregunta, definitivamente hay algunos principios bíblicos que pueden ser aplicados al tema:
(1) «Así que, ya sea que comáis o bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo por la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). Si no podemos dar gloria a Dios por algo, no debemos hacerlo.
(2) «Todo lo que no viene de la fe es pecado» (Romanos 14:23). Si no estamos plenamente convencidos de que una actividad es honrar a Dios, es un pecado.
(3) «¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, a quien habéis recibido de Dios? No eres tuya; fuiste comprada a un precio. Honra, pues, a Dios con tu cuerpo» (1 Corintios 6:19-20). Nuestros cuerpos han sido redimidos y pertenecen a Dios.
(4) «El fruto del Espíritu es el dominio propio» (Gálatas 5:22-23). La masturbación es casi siempre un signo de falta de autocontrol.
Estas grandes verdades deben tener un impacto poderoso en lo que hacemos con nuestros cuerpos. A la luz de estos principios, muchos concluyen que la masturbación es siempre pecaminosa. La masturbación es una actividad cuestionable, en el mejor de los casos: si puede glorificar a Dios; si puede hacerse con absoluta confianza de que es correcta; y si puede honrar a Dios como dueño de nuestros cuerpos.
Si se hace sin ningún tipo de lujuria, pensamientos inmorales o pornografía, con la plena seguridad de que es buena y correcta, con agradecimiento dado a Dios por el placer que trae (ver 1 Corintios 10:30), ¿sigue siendo un pecado masturbarse? Lo máximo que puedo decir es que tal vez no. Sin embargo, tengo serias dudas de que este escenario exista realmente.
Tenía un colega que para masturbarse en el seminario se leía las genealogías de Números para no pecar de deseos lujuriosos. En su mente, me describía, solo había nombres sin sentido y listas de burros, camellos y posesiones de hebreos muertos hace 4000 años. Pero por pura mecánica llegaba al éxtasis.
En el seminario esto siempre fue un tema candente de conversación, discusión y pensar que era lo correcto. De nuevo, yo ni siquiera creo que el sistema de mi compañero fuera válido. ¿Usar la Biblia para masturbarse? No sé, no sé.
En mi opinión, la masturbación cae en la categoría de Romanos 14:23 “Pero si tienes dudas acerca de si debes o no comer algo en particular, entonces es pecado comerlo, pues no eres fiel a tus convicciones. Si haces algo que crees que está mal, pecas”
CONLUSIÓN
Bueno, como ves, no siempre tengo las respuestas a todo, pero intento que llegues a tus conclusiones Biblia. La pornografía seguro que es pecado, no hay duda para mí. En 1 Corintios 7:2 dice “Sin embargo, dado que hay tanta inmoralidad sexual…” la palabra “inmoralidad sexual” en griego es “porneia”, así que ya sabes hasta de donde viene la palabra. Pero con la masturbación a secas no hay tanta claridad, aunque ya sabes mi opinión al respecto.