El lunes por la mañana, Miguel entró en la oficina en medio de las charlas indistintas de sus compañeros. Cuando se sentó en su escritorio, pudo escuchar claramente las conversaciones de algunos de sus compañeros.

«¡Tío, lo pasamos muy bien el viernes por la noche! Gracias por la invitación, Esteban».

«No te preocupes, esto es tan estresante a veces, que pensé que a todos nos vendría bien una noche para relajarnos y disfrutar».

Miguel sonrió y se encogió de hombros para sí mismo. Rápidamente pensó: «Sí, ‘todos’. Como todos menos yo». Miguel tenía la misma relación con todos kis de su oficina, pero nunca le invitaban a los eventos después del trabajo. Le pareció extraño, pero siguió adelante y comenzó su trabajo de la semana.

Susana, que se sienta a unos cuantos escritorios de distancia de Miguel, escuchó la conversación mientras se desplazaba a escondidas por su feed de Instagram. Se detuvo cuando vio una foto de mujeres de su iglesia con sus hijos en el parque. Susana no tiene hijos, pero le caen bien las mujeres de su iglesia y sintió una punzada de resentimiento por no haber sido invitada. Apagó el teléfono y volvió al trabajo.

¿Te has sentido alguna vez como Miguel o Susana?

Es probable que todos nos hayamos quedado fuera o nos hayamos sentido solos en múltiples momentos de nuestra vida. Si estás leyendo esto y crees que tus sentimientos de soledad no son temporales, o que te quedas fuera constantemente, entonces este post es para ti. A continuación, te explicamos seis razones ocultas por las que puedes sentirte solo o rechazado:

1. Te has creído el engaño de las redes sociales

A veces es difícil recordar que las redes sociales son un engañoso carrete de momentos destacados. Por lo general, la gente tiende a mostrar los buenos momentos y si no tienes muchos «momentos» para compartir, puede hacerte pensar que todo el mundo tiene una vida más plena que tú.

Sin embargo, debes recordar que simplemente no es así. La persona de la foto que ves puede sentirse tan sola como tú, aunque esté constantemente rodeada de gente.

Recuerdo que una chica con la que fui a la universidad era siempre el alma de la fiesta, y más tarde descubrí que tomaba medicamentos para la depresión y la ansiedad. Sin embargo, su forma de ser y las redes sociales nunca mostraron que tuviera problemas.

Es importante recordar que siempre hay una vida diferente a la que se muestra en Instagram y Facebook. No te dejes engañar por las vidas que la gente presenta en las redes sociales.

2. Te encuentras en una etapa de la vida diferente a la de tus amigos

Este es el caso de Susana en la anécdota inicial. Ella no tiene hijos y todos los demás de su iglesia sí. Es probable que las personas de su iglesia no dejaran fuera a Susana porque no les gustara; probablemente asumieron que alguien sin hijos no querría pasar una tarde libre con un montón de niños pequeños.

Esto también puede ocurrir si eres soltero y la mayoría de la gente que conoces está casada. Si un grupo de parejas casadas se reúne, es probable que no te hayan invitado porque no querían que te sintieras como la proverbial «tercera rueda». Además, si el matrimonio es algo que deseas, es posible que no quieran «echarte en cara» que estás soltero/a.

Los cambios de etapa en la vida siempre provocan cambios en la dinámica del grupo. Intenta no tomártelo como algo personal.

Si realmente quieres asistir a una reunión con amigos en una etapa diferente, asegúrate de decirle a tu amigo que te gustaría que te invitasen.

3. Tienes una serie de convicciones diferentes a las de los que te rodean

Cuando empecé a trabajar en mi primer trabajo como adulta, cuatro o cinco de mis compañeras de trabajo se reunían después del trabajo unas cuantas veces al mes. Hacían planes en la sala de descanso, mientras yo estaba sentada allí, y nunca me invitaban.

Debo admitir que me dolía que me excluyeran, pero sabía por qué: porque no bebo alcohol.

A veces, cuando tienes una convicción diferente a la de los que te rodean, no te invitan. Puede ser porque piensan que podrías juzgarlos o tal vez no quieren que te sientas tentado, o cualquier otra razón.

Desde que supe por qué me excluían, no me molestó tanto. Tómate unos minutos para pensar y determinar si algunas de tus convicciones podrían ser la razón por la que te están dejando fuera.

Como cristianos, podemos ser excluidos de muchas cosas debido a nuestras convicciones, y eso está bien.

4. No te gusta hablar de cosas sin importancia.

Puedes ser un solucionador de problemas o un pensador profundo. Te desenvuelves mejor con conversaciones profundas y discusiones sobre cómo solucionar los problemas de la vida.

Muchas personas, especialmente en entornos sociales, no buscan este tipo de conversación. Las situaciones sociales suelen requerir conversaciones sobre otras personas o pequeñas charlas sobre la vida de los demás. Para alguien que quiere una conversación más profunda, este tipo de diálogo puede resultar molesto.

En algunos casos, la gente puede percibir que en general no participas en la conversación o pareces desinteresado, por lo que deciden no volver a invitarte. Aunque no disfrutes especialmente de la conversación, es bueno sumar en lo que puedas.

5. Te aíslas involuntariamente

¿Has estado alguna vez en un grupo de personas en una situación social y alguien, o varias personas, están siempre con su móvil? ¿Has sido alguna vez esa persona?

Aunque algunos no se den cuenta, estar constantemente con el teléfono demuestra que quien sea o lo que sea que esté en su teléfono es más importante que las personas que le rodean. Se percibe que prefieres estar socializando con la gente en línea en lugar de la gente con la que estás en persona. Con el tiempo, es probable que la «persona del teléfono» deje de ser invitada y se quede con sus amigos cibernéticos.

Hay muchas otras formas en las que esto puede ocurrir también. Si tienes un trabajo física o mentalmente exigente, lo último que se te ocurre es salir con un grupo de gente, así que rechazas sistemáticamente cualquier invitación. Con el tiempo, la gente puede dejar de invitarte porque piensa que prefieres estar solo.

Una vez me di cuenta de que me estaba aislando sin querer. Estaba soltera cuando empecé a dar clases en el instituto y solía ir a los eventos deportivos patrocinados por la escuela y me sentaba sola. Siempre me daba cuenta de que los profesores se sentaban juntos, y yo quería sentirme parte de ellos, pero seguía sentándome sola. Finalmente, me di cuenta de que iba a tener que hacer un esfuerzo porque probablemente asumían que quería sentarme sola.

En el siguiente partido, me senté con los profesores y me acogieron y seguí sentándome con ellos en futuros eventos. Me costó un poco darme cuenta de que me estaba aislando sin querer.

¿Es esto algo que podrías estar haciendo? ¿Siempre esperas a que otro haga la invitación? Tal vez sea el momento de salir un poco de tu zona de confort y preguntar si puedes unirte a ellos.

6. Satanás quiere que te sientas solo porque así es más fácil atacarte.

Creo que Satanás prospera en nuestra soledad si se lo permitimos. Cuando estamos solos con nuestros pensamientos, es una forma perfecta para que Satanás amplifique nuestros pensamientos negativos y distorsione la verdad. Cuanto más solos nos sentimos, menos probable es que busquemos relaciones, lo que puede llevarnos a una espiral de desesperación.

Cuando nos sentimos solos y como si «no le gustáramos a nadie», es más fácil para Satanás susurrar: «Tienes razón, eres molesto, no eres divertido, todos desearían que no estuvieras». Debemos estar atentos y darnos cuenta de que estos pensamientos no son de Dios.

Hablando de Dios, ¿te imaginas lo solo que se debió sentir Jesús a veces? ¿Especialmente cerca de su muerte? Fue abandonado por todos sus discípulos, traicionado por uno de los más cercanos a él. Él entiende perfectamente cómo se siente.

La soledad es algo que nos ocurre a todos. Lo importante es recordar que es un sentimiento normal.

Espero que este artículo te haya servido para entender por qué crees que no le gustas a nadie. Si realmente crees que no tienes un amigo, entonces ora por uno. Además, asegúrate de poner de tu parte para conseguir una amistad; no se consigue sin trabajo.

Además, en lugar de obsesionarte con el sentimiento de soledad, intenta seguir el consejo de Filipenses 4:8 (NVI): «Por último, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es noble, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es amable, todo lo que es digno de admiración -si hay algo excelente o digno de alabanza- pensad en tales cosas».

Mantenerse positivo ayudará a evitar que los sentimientos de soledad se apoderen de tu mente.

Autora: Sarah Garrett

Sarah Garrett. es una educadora apasionada y la fundadora de Transformed4More.com. Ella tiene un llamado en su vida para compartir la verdad de Dios con los adolescentes para ayudarles a vivir vidas transformadas para Jesucristo. Es la autora de ¿Así que crees que estás lista para salir con alguien? un devocional de 40 días para que las adolescentes aprendan a establecer un fundamento bíblico para las relaciones románticas.

 

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